Edición: Patricia Mérida.
La resiliencia es la capacidad para afrontar la adversidad y
lograr adaptarse bien ante las tragedias, los traumas, las amenazas o el estrés
severo.
Ser resiliente no significa no sentir malestar, dolor
emocional o dificultad ante las adversidades. La muerte de un ser querido, una
enfermedad grave, la pérdida del trabajo, problemas financieros serios, etc.,
son sucesos que tienen un gran impacto en las personas, produciendo una
sensación de inseguridad, incertidumbre y dolor emocional. Aun así, las
personas logran, por lo general, sobreponerse a esos sucesos y adaptarse bien a
lo largo del tiempo.
El camino que lleva a la resiliencia no es un camino fácil,
sino que implica un considerable estrés y malestar emocional, a pesar del cual las
personas sacan la fuerza que les permite seguir con sus vidas frente la
adversidad o la tragedia. Pero, ¿cómo lo hacen?
La resiliencia no es algo que una persona tenga o no tenga,
sino que implica una serie de conductas y formas de pensar que cualquier
persona puede aprender y desarrollar.
Características de las personas resilientes

Además, presentan las siguientes habilidades:
- Son capaces de identificar de manera precisa las causas de los problemas para impedir que vuelvan a repetirse en el futuro.
- Son capaces de controlar sus emociones, sobre todo ante la adversidad y pueden permanecer centrados en situaciones de crisis.
- Saben controlar sus impulsos y su conducta en situaciones de alta presión.
- Tienen un optimismo realista. Es decir, piensan que las cosas pueden ir bien, tienen una visión positiva del futuro y piensan que pueden controlar el curso de sus vidas, pero sin dejarse llevar por la irrealidad o las fantasías.
- Se consideran competentes y confían en sus propias capacidades.
- Son empáticos. Es decir, tienen una buena capacidad para leer las emociones de los demás y conectar con ellas.
- Son capaces de buscar nuevas oportunidades, retos y relaciones para lograr más éxito y satisfacción en sus vidas.
- Las percepciones y los pensamientos influyen en el modo como la gente afronta el estrés y la adversidad.
- El estilo de pensamiento de las personas resilientes se caracteriza por ser realista, exacto y flexible. Cometen menos errores de pensamiento (como la exageración o sacar conclusiones precipitadamente, sin evidencias que las corroboren) e interpretan la realidad de un modo más exacto que las personas menos resilientes.
Los beneficios de la resiliencia
Las personas más resilientes:
- Tienen una mejor autoimagen
- Se critican menos a sí mismas
- Son más optimistas
- Afrontan los retos
- Son más sanas físicamente
- Tienen más éxito en el trabajo o estudios
- Están más satisfechas con sus relaciones
- Están menos predispuestas a la depresión
- Qué contribuye a que una persona sea más resiliente

Permitirte sentir emociones intensas sin temerlas ni huir de
ellas, y al mismo tiempo ser capaz de reconocer cuándo necesitas evitar sentir
alguna emoción y centrar tu mente en alguna distracción.
No huir de los problemas sino afrontarlos y buscar
soluciones. Implica ver los problemas como retos que puedes superar y no como
terribles amenazas.
Tomarte tiempo para descansar y recuperar fuerzas, sabiendo
lo que puedes exigirte y cuándo debes parar.
Confiar tanto en ti mismo como en los demás.
Fuente:
http://motivacion.about.com/
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