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lunes, 7 de julio de 2014

Por: Patricia Mérida.   


Si bien es cierto que en ocasiones nuestros estados de ánimo dependen de factores externos ajenos a nosotros, no siempre conseguimos controlar tales reacciones, mantenerse sereno, no enfadarse por pequeños malentendidos que pudieran suscitarse  ya sea en el hogar, en el trabajo, en el camino, puede resultar un tanto difícil para algunas personas, a tal grado de hacerle perder los estribos. ¿Cómo puede una persona controlar sus emociones y evitar los enojos ante determinadas situaciones?

A continuación te mostramos las maneras en que puedes evitar los enojos, si los pones en práctica, tendrás un poderoso recurso para controlar las situaciones confrontantes.

Primeramente te contaremos una pequeña historia con un valioso mensaje

En el templo ZEN

“Al finalizar el curso Zen, uno de los discípulos se acercó al maestro y le preguntó:

-Maestro, me he fijado que usted nunca pierde la calma y la serenidad. Incluso cuando ha habido alguna situación algo tensa con algún alumno. No ha dicho alguna palabra no adecuada, usted no se ha alterado y ha reconducido la situación, ¿cómo lo hace?

-Cuando alguien te ofrece algo que no quieres ¿Lo recibes?

-Por supuesto que no, respondió el discípulo.

-Bien, prosiguió el maestro, si alguien intenta ofenderme o decirme algo desagradable, está ofreciéndome algo. En ese caso se trata de una emoción negativa -enojo o rabia por ejemplo- que puedo decidir aceptar o no aceptar.

-Si yo me siento ofendido, o me pongo furioso, estaré aceptando "su regalo", y prefiero regalarme paz y serenidad.

-El enojo de la otra persona pasará, pero yo no lo quiero, no quiero que se quede conmigo porque no me interesa tenerlo. Yo no puedo controlar lo que hay en el corazón de la otra persona, pero de mí depende lo que pongo en el mío. No admitiré emociones negativas.

-Además, si se trata de una persona a la que quiero, y respondo con agresividad, lo único que conseguiré es que los dos nos hiramos, y eso no será bueno.

-Muchacho, prosiguió el maestro, la vida siempre te da la oportunidad de ser feliz o de amargarte. Tú eliges.

Aristóteles dentro de sus grandes legados que nos dejó, se encuentra este: “Cualquiera puede enfadarse, eso es algo muy sencillo. Pero enfadarse con la persona adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno, con el propósito justo y del modo correcto, eso, ciertamente, no resulta tan sencillo”.

Si tomamos el mensaje de las historias que acabamos de leer, seremos dueños de  nuestras emociones, por lo tanto seremos capaces de decidir cuándo dejarlas aparecer y cuando no, sabremos manejarlas a nuestro favor. Gracias a esto, adquiriremos las claves para el éxito en la vida, es decir, lo que se denomina inteligencia emocional.

            En la vida diaria, nosotros somos capaces de poder escoger, como un abanico de posibilidades, que emociones o sentimientos rigen nuestra vida, hasta el momento en que decidamos cambiarlo por otro. 

Debemos aprender a controlar el sentimiento de coraje, enojo o ira, sobre todo con aquellas personas que queremos y/o nos quieren, para no herir sus sentimientos, ni dañar los lazos de amistad y cariño entre ambos.

Si estás dispuesto a cambiar tus reacciones ante eventos negativos te damos estas sugerencias: 

1. Al iniciar una discusión, analiza: ¿voy a aceptar esa emoción dañina para mí? ¿voy a aceptar ese “regalo” que no me interesa? no olvides que eres tú quien decide aceptar o no el enfado, crítica u ofensa. 

2. Ante un desaire u ofensa, mantén siempre el control: no es necesario que respondas en el mismo idioma o de la misma manera en que te hablan.

3. Ante una situación tensa, intenta responder con gracia y quitando importancia al asunto: así demostrarás tu madurez y lucirás tu alto nivel de inteligencia emocional que posees.

Ahora que has entendido que el saber y poder controlar tus emociones si está en tu manos, aplica estos consejos en la primera oportunidad que tengas.

Fuente:

http://www.exito-motivacion-y-superacionpersonal.com/

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