Edición: Patricia Mérida
Tengo muchos nombres: dolor de
rodilla, grano, dolor de estómago, reumatismo, asma, mucosidad, gripe, dolor de
espalda, ciática, cáncer, depresión, migraña, tos, gripe, dolor de garganta,
insuficiencia renal, diabetes, hemorroides, y la lista sigue y sigue. Me he
ofrecido como voluntario para el peor trabajo posible: ser el portador de
noticias poco gratas para ti. Tú no me comprendes, nadie me comprende. Tú
piensas que quiero fastidiarte, echar a perder tus planes de vida, todos piensan
que quiero entorpecerles, hacerles daño o limitarles. Y no, eso sería un
completo disparate. Yo, el síntoma, simplemente intento hablarte en un lenguaje
que comprendas. Que entiendas.
A ver, dime algo, ¿tú irías a
negociar con terroristas, tocando a su puerta con una flor en la mano y una
camiseta con el símbolo de "paz" impreso en la espalda? ¿No verdad?

Sólo te escucho decirme:
"Cállate", "vete", "te odio", "maldita la
hora en que apareciste", y mil frases que me hacen impotente para hacerte
comprender. Pero yo debo mantenerme firme y constante, porque debo hacerte
entender el mensaje.
¿Qué haces tú? Me mandas a dormir
con medicinas. Me mandas callar con tranquilizantes, me suplicas desaparecer
con antiinflamatorios, me quieres borrar con quimioterapias. Intentas días con
día, taparme, sellarme, callarme. Y me sorprende ver que a veces, hasta
prefieres consultar brujas y adivinos para que de forma "mágica" yo
me vaya de tu cuerpo.
Y yo, cuando mi única intención es
darte un mensaje, soy totalmente ignorado.
Imagínate que soy esa alarma con
sirena en el Titanic, esa que intenta de mil formas decirte que de frente hay
un Iceberg con el que vas chocar y hundirte. Sueno y sueno por horas, por días,
por semanas, por meses, por años, intentando salvar tu vida, y tú te quejas
porque no te dejo dormir, porque no te dejo caminar, porque no te dejo
trabajar, pero sigues sin escucharme...
¿Vas comprendiendo??
Para ti, yo el síntoma, soy
"La Enfermedad". Qué cosa más absurda. No confundas las cosas.
Y vas al médico, y pagas por
docenas de consultas médicas. Gastas dinero que no tienes en medicamento tras
medicamento. Y sólo para callarme.
Yo no soy la enfermedad, soy el
síntoma.
¿Por qué me callas, cuando soy la
única alarma que está intentando salvarte?

Y sí, está bien si ahora que lees
esto, te sientes un poco molesto sí. Esto debe ser algo como un "golpazo a
tu inteligencia". Está bien si por ahora te sientes un poco molesto o
frustrado. Pero yo puedo manejar tus procesos bastante bien y los entiendo. De
hecho, es parte de mi trabajo, no te preocupes. La buena noticia es que depende
de ti no necesitarme más. Depende totalmente de ti, analizar lo que trato de
decirte, lo que trato de prevenir.
Cuando yo, "el síntoma",
aparezco en tu vida, no es para saludarte, no. Es para avisarte que una emoción
que contuviste dentro de tu cuerpo, debe ser analizada y resuelta para no
enfermarte. Deberías darte la oportunidad de preguntarte a ti mismo: "por
qué apareció este síntoma en mi vida", "¿qué querrá decirme"? ¿Por
qué está apareciendo este síntoma ahora?, ¿Qué debo cambiar en mí para ya no
necesitar de este síntoma? Si dejas este trabajo de investigación, sólo a tu
mente, la respuesta no te llevará más allá de lo que has hecho años atrás.
Debes consultar también con tu inconsciente, con tu corazón, con tus emociones.
Por favor, cuando yo aparezca en tu cuerpo, antes de correr al doctor para que
me duerma, analiza lo que trato de decirte, de verdad que por una vez en la
vida, me gustaría ser reconocido por mi trabajo, por mi excelente trabajo. Y
entre más rápido hagas conciencia del porqué de mi aparición en tu cuerpo, más
rápido me iré.

Por favor, déjame sin trabajo.
¿O piensas de verdad que yo
disfruto lo que hago?
Te invito a que reflexiones, cada
que me veas aparecer, el motivo de mi visita.
Te invito, a que dejes de
presumirme con tus amigos y familia como
si yo fuera un trofeo.
Estoy harto de que digas:
"Ay pues yo sigo con mi
diabetes, ya ves que soy diabético".
"Ay pues ya no aguanto el
dolor en mis rodillas, ya no puedo caminar".
"Siempre yo con mi
migrañas".
Me presumes como si yo fuera un
tesoro del cual no piensas desprenderte jamás.
Mi trabajo es vergonzoso. Y te
debería dar vergüenza presumirme ante los demás. Cada vez que me presumes,
realmente estás diciendo: "Miren que débil soy, no soy capaz de analizar
ni comprender mi propio cuerpo y mis propias emociones, no vivo en coherencia,
mírenme, mírenme!". Por favor, haz conciencia, reflexiona y actúa.
Entre más pronto lo hagas, más
rápido me iré de tu vida!
El síntoma.
De Seferino Alvarez Ramos
0 comentarios:
Publicar un comentario
Click to see the code!
To insert emoticon you must added at least one space before the code.